«y Fortuño de Liçana con sus trecientos maçeros: quedo en·la regarda el siempre victorioso y serenissimo rey don Pedro: fueron con el el animoso don Ladron el esmerado cauallero don Ximen Aznarez de Oteyça y Sancho De·la Peña con otros muchos caualleros: y dexada parte de·la gente en·el cerco: porque ni los suyos afloxassen si rebato quiça les diessen ni los de·la ciudad cobrassen coraçon y se touiessen por descercados: y se ayuntassen con·los enemigos podiendo libremente salir»