«sigue se pues ha preposado que la razon e virtut deuen empachar o no consentir al vicioso appetito eligiendo no essecutar aquell, la eleccion ser voluntaria, e si voluntaria digo que obrada con deleitacion, la qual faze la passion e dolor menor que aquella a quien todos los remedios son denegados. Si temor de vituperio el qual con amor no se puede mesclar pues lo dimjnuesce, ya mas clara paresce la desigualtat. E consentido que»