«e le dixiesse. Señor tu sepultura no es acabada: manda que la acaben: ca no sabes en que hora verna el ladron. Pues porque se fazian estas cosas del papa, del emperador, e del patriarcha: los quales todos eran hombres de muy excellente stado de aqueste mundo: sino porque se conosciessen ser hombres mortales: e con sperança de luenga vida, o de grandeza de potencia, o mundana gloria,»