«del altar de nuestro Señor los consagrados y tan sanctos panes que saluo los sacerdotes no podian tocar: y los repartio por entre los suyos. No affeemos pues los yerros assi de los principes grandes que puestos en grandes peligros y angustias vienen por fuerça en tan estremas necessidades: que acometen de fazer lo que fazer no querrian. Pues sentid lo que vi: oyd lo que ley d·este rey tan catholico y limosnero: que»