«ni acaba jamas los que recibe. Ca la Scriptura dize que los peccadores se vestiran de incorrupcion: conuiene saber no para la hora de·la vida: mas para fazer luengo el tormento. E la fuerça d·esta pena: e el poder de aquel fuego, ninguna razon ni palabras abastan a explicar·lo. Que faremos ende? Que responderemos? Ninguna cosa haura ende sino abatimiento de dientes: sino ahullidos: e llantos:»