«el remedio d·el aviendo·lo bien mirado ningun otro conoçco sino hazer·os señoras, este agrauio que los hombres piden y dar·os l·e en senyalada merced, porque yo el secreto de·las voluntades veo ser grand pena amar y encubrir la causa de su passion, a los hombres hallays muy libres en esto: que sin les doler desean que les duela y por gloria pregonan su pena quanto vosotras con trabaio la encubris,»