«non ha ojos, e asy aquesta cosa que es enamoramento anda aquel que toca, mejor se puede dezir odiado, que no amado. Segun la regla el enamorado es çiego e loco seruidor, e syenpre biue en pensamiento e en temor, e la razon es esta: que aqueste amor de concupiçençia, quanto es, non es virtud de amor, antes es viçio de luxuria. Dize santo Tomas: la voluntad de cada»