«quales los desesperados coraçones suelen recebir de soledad. Y por esto vos enpenyo la fe que a·ninguna otra recreacion me dare mientre mi vida dure saluo sin sperança en prohesas de Fiometa: y mis defectos seran todos mis pensamientos. Y por esto pienso que me sera mayor pena que la breue muerte recebir: con que presto mis males y poca fe mantenida feneciesse: y con que luego se oluiden mis grandes y tales yerros .»