«la ley de Dios y del redemptor ( como ha sido de muchos hereges ) pueden proceyr por desordenada delectacion como aquella de·los epicuros que todo su bien pusieron algunos en·esta vida y sus plazeres: y es de pensar que los primeros philosophantes que se jactauan ser sapientes tiene se por cierto no ser escusados del graue peccado de jnfidelidad de que asigna vna tal razon el apostol Paulo en·el primero de·los Romanos. Sera reuelada»