«de Dios, e no de·los hombres. Mas ya dolor: quien se repiente? Quien llora sus pecados? Quien socorre al pobre? Quien ha misericordia del mendigo? Quien se complañe de·los miseros. Quien piensa en·lo venidero. Ninguno por cierto. Ca ciertamente toda la generacion es maluada: e peruertida. Ca no endereça su coraçon en bien: mas en mal. Todos saben a·las cosas terrenas: e»