«mis oios eran representados: porque me parecia que el mismo Dios de amores les ensenyaua: para los quales cient mil secretos tenia reseruados. O quan auctentico yo los miraua pensando que de sus gracias algunas cosas deprendisse: pero sus desembulturas eran bien dificultosas de hurtar: y a·lo menos tanto contento me hazia el mirar·lo quanto vencido estaua en pena: y tales eran sus gentilezas que no sabia qual de aquellos loasse que quadauno»