«tu te podras vengar a tu plazer. El marido espantado d·esta cosa tan horrible gemiendo dize. Por cierto de mi muger non senti fasta oy dia cosa non licita: nin tales cosas nunca me son dichas de persona alguna: mas si verdad es de·lo que me avisas: mucho te tendre que agradescer. E del tu consejo diligentemente vsare. E assi tornado el marido a su casa: e despues que comio començo»