«; e finalmente, segun la condiçion de aquel con quien fabla, deue onbre fablar de cosas que le sean en plazer. La terçera cosa, es que todo honbre deue pensar aquello que quiere dezir, sy le pertenesçe a dezir, e sy lo puede dezir, guardando·se de .xvi. cosas. La primera es la boca, ca asy como el cauallo syn freno, e la casa syn señor, e la nao syn»