«tal fortaleza / entre agua, fuego y viento / vuestro real movimiento / fue d·estrema ardideza. § Alexander virtuoso / si ante vos se fallase / mas covarde c·animoso / yo creo que s·estimase / e Çessar poco fiasse / d·ordenanças perçebidas / e Çipio sus verdes bridas / bien tengo que refrenasse. § Por ende si bien amigos / vos son los ombres ardidos / de ser vuestros testigos / se muestran muy encogidos /»