«la vuestra voluntad. E el pueblo, oyendo aquesto, fue contento, e juraron de buen grado la ley, e de continente el rey se partio, e non torno jamas, por tal que la ley non pudiese ser ronpida, e quando conosçio que deuia morir, mando que el su cuerpo fuese quemado, e ventada la çeniza, por tal que el pueblo non cuydase ser absuelto del sagramento por tal que los huesos»