«papa, del emperador, e del patriarcha: los quales todos eran hombres de muy excellente stado de aqueste mundo: sino porque se conosciessen ser hombres mortales: e con sperança de luenga vida, o de grandeza de potencia, o mundana gloria, no se ensoberuiessen: mas hauiendo memoria ante los ojos de·la muerte, en todas las cosas fuessen humildes. E por esso dize el Psalmista. Sepan las gentes, que son»