«tocando las faldas del redemptor Jesu: y despues al tiempo de su passion muy dolorosa viendo el amor de·la mujer dicha le demando vn paño blanco donde alimpiando el sudor de su vulto dexo la ymagen de su faz preciosa: la qual guardo esta mujer santa como reliquia tan excellente de su maestro. Despues Tiberio emperador de·los romanos cayo en vna dolencia muy graue y no fallando remedio alguno fue la Veronica en Roma leuada sabida»