«que fallaua en casa alauaua a·la magnificencia de Dios. Finalmente parescio en casa vn bonico njño gracioso que passaua de tres años: el qual segund que es costumbre de njños falagaua a·la madre. Visto el njño pregunto el marido: que njño era aquel: la muger dize: mio es. El marabillante se d·esto dixo: e donde vino este njño yo seyendo absente. Afirma la muger muy osadamente que la mesma»