«tus sieruos te han seguydo el tu jnfinito saber sin que se diga bien sabe el premjo que nuestros trabajos merescen, y no para te pidir mercedes en tiempo de necessidad somos aquj venidos, mas a entreguar·te los principales de tus enemjgos, mas para que te gozes y nuestro cansancio descanse en ver·te mudado la cara del nublado triste, o quan fuerte cosa nos es de sufrir, pensando como en cada vno de·los»