«por·cierto amado mio: no es assi. Ca los dias del hombre passan como sombra. Ahe ya vees: que los dias de tus años seran pocos: e tu obispado haura otro. Por·ende no te prometas: ni te des a entender: que has de viuir luengo tiempo. Adonde quier que fueres: sigue la muerte a·la sombra del cuerpo. E por·ende si te parares bien mientes las palabras ya»