«amanecio: al qual yo pregunte si aquella visitacion era continua a ell: el qual breuemente me respondio que tres dias en la setmana le dauan tales vigilias. Y yo asi grande parte del dia stuue contemplando qual enemigo proposito a·la vida tan desesperada me truxo: y muchas vezes la voluntad pensaua que la religion tan estrecha renunciasse. Mas mirado como no menor pena me daria la verguença de boluer me que el dolor de comportar»