«lee se en·el segundo de Joel. La tierra tremio: en ver su rostro: e los cielos se mouieron: e el sol: e la luna perdieron su lumbre. E las strellas su resplandor. Los pueblos recibiran tormento en ver su rostro. Por cierto señor entonce enfermaran los peccadores: e pereceran por tu rostro. E esto de mucho dolor: quando lo veran alterado: e sañoso: e mouido contra ellos»