«dyablo: e a sus angeles. E porque a·lo·menos pueda dilatar algun tiempo aquella sentencia: trabajo en tentar grauemente los hombres. O Dios eterno quanto temeran entonce los demonios. E los miserables pecadores: e quanto se espantaran de·la voz de tu tronido: pues si quisieres no temer esta voz e ser en aquel dia espantoso: e grande seguro: siembra agora obras de justicia: piedad: e misericordia. O»