«por nueua alla paresce la memoria. Y si yo me pudiera tanto detener que todas las nouedades pudiera escriuir tan alegres al contentamyento de quyen oyese como ellas pasan a quyen las vehe, mayor milagro fuera el mio en quanto hombre que al d·este señor de·los amores en quanto dios, pensad que discrecion es aver·lo visto con la tibieza del escreuir, que la del fuego pintada al que verdaderamente arde yo he verguença de»