«la pena. Por·cierto si alguno de vosotros houiesse de disputar su causa en mi juyzio como aduersario, quiça no dormiria toda la noche, e estaria pensando consigo: que es lo que me podria dezir, e que responderia a·las razones de su aduersario e temeria mucho que no me fallasse aspero: e que no pareciesse obligado e culpante delante de mi. E yo quien soy? Por cierto soy vno que no tardara»