«en oyendo el afirmar que por el magnanimo y cristianissimo rey el rey don Fernando de Aragon la ciudad era ganada: luego le saltaron las lagrimas de·los ojos: y como le preguntassen los caualleros: que por que tan sin remedio lloraua? Que ya por otras vezes se hauia perdido Ronda y tornado pues a cobrar por los reyes de Granada: dizen que respondio: que si fuera ella ganada por algun rey de Castilla»