«el emperador presente con los cinquenta rethoricos grandes en toda manera de sciencia sabidos: a·los quales por gracia diuina vencio y se confessaron luego cristianos a muy altas vozes: y el dicho emperador con saña furiosa mando les quemar: y no pudiendo gastar el huego solo vn cabello ni sus vestidos: muchos creyeron en Cristo Jhesu redentor nuestro. § Dende passando fuemos al lugar donde solia star el palacio del gran Alexandre en cuya memoria quedo puesta»