«fizieron grandes matanças por hauer solo a Siçilia. Venidos pues a·la batalla requirieron algunos de·los suyos al serenissimo rey don Jayme que mandasse dar por traydores a todos los naturales de sus reynos que se fallassen contra su real seña y persona en aquella batalla: mas el magnanimo rey como noble y sapientissimo principe respondio: que nunca Dios quisiesse que tal mandasse: que en dar por traydores aquellos afeaua y manzillaua tan bien la sangre»