«remuneraçion de tus merjtos la teneys obligada mas por razon ofreçer vos la vida se deue falar contenta. Que el enamorado por la angustia que staua: oyendo y no oyendo apenas la postrera palabra de su dulçe dezir: recreados los speritos costreñjdos del dolor: satisfaziendo a·aquella: por la gana de ser çierto de·lo que tanto dudaua: su lengua d·amor regida le vino a suplicar aquesto. Vos pido por merçe senyora que»