«victorioso con enojo grande y pesar por la perdida de tal cauallero luego en entrando en Barçelona fueron con·el el viejo y su noble padre del almirante don Pedro Galceran de Pinos: y la triste y llorosa madre doña Beringuela de Muncada: que recurrian a su alteza y no sin muchas lagrimas: que no tenian otro fijo y de aquel solo colgaua todo el consuelo y esperança de su vejez: por le suplicar y pedir de mucha merced que le pluguiesse»