«d·ellos spedaçada: y de·las delicadas carnes cadauno contento al apetito. Y despues que recordaron los que a Mirabella guardauan y vieron que en la cama no staua temieron aquello que despues fallaron verdad. Y como la reyna y las damas vieron la beldad de aquella donzella crudamente feneçer de tan rauiosa muerte sin scriuir esta bueno de presumir el stremo y grandeza de sus llantos: pero porque yo non podria tan dolorosas cosas como eran»