«perdido. El perro que no puede ladrar a quien daña en su ganado: ni el atalaya que no da señal de·los enemigos en vano guardan: pues por la misma forma se dize de·los que mandan los reynos y tierras como sin guarda ni voluntad de bien guardar: no es marauilla que la fee se pierda: entiendan·lo todos a quien es dado. Entre los primeros tu beatissimo pontifice nuestro desuela tu alma por»