«de cada vno, que en vna guissa deue ome fablar a los prinçipes, e en otra a los caualleros, e en otra a su semejante, e en otra a su menor, e en otra a los religiosos. Despues, guarda por que, nin por que palabras, esto es, la ocasion de tus palabras, que Seneca manda, que en tu fablar non preguntes la ocasion de todas cosas quales son,»