«al comienço tan lentas que no las touieron en cuenta: sino que recreçieron a·la postre las fiebres y saltaron en pestilenciales: y ouieron de enbiar por maestro Arnaldo de Villanoua que estaua en Barçelona entonce: y aquel le busco remedios: mas conocio a·la postre que el remedio fino era encomendar se a nuestro Señor: y assi lo fizo el siempre magnanimo y batalloso rey don Pedro que luego mando llamar a los padres espirituales: y»