«grandes affruentas se vehen suelen a·las vezes mirar en tales agueros. Assi que en lo que a ella la pensays seruir la desseruiys: y pues ella vera bien que yo mismo en mi caso no supe dar el remedio con quales fuerças presumo dar·lo en el ageno. Mas al fin pues nunqua mi voluntad contradixo a vuestro mando menos agora me plaze se contradiga: porque el padeçer en presencia vuestra o morir absente todo me»