«dezir las ouejas de oro: que dauan tan preciosa la lana que se vendia como si fuera de oro: estas son las fazañas que fazian entonce los Hercoles que emprendian los caualleros griegos: no por cierto caualleros mas reprochados ladrones: mas fueron tan fermoseadas por la tanta eloquencia de los poetas de Grecia: que de publicos ladronicios fizieron cauallerias: de ladrones tan afeados fizieron caualleros famosos. Y esto pudo bien ser que fue quiça»