«a vuestros sotiles enganyos no ay quien contra ellos se pueda defender ni poner: y si algunas presumen poner se en defença vuestra porfiosa maldad vsa de tales y tantas artes que donde ay mayor castidad y nobleza aquella menos resestir puede: y ahun que como sea cosa cierta las mujeres ser de menos discrecion que los hombres fizo lo nuestra generacion ser subieta a·la vuestra: pues quien merece mayor pena del error el que mas conoce»