«pues del tanto milagro los aleuosos ladrones dieron a fuyr: y dexaron el hombre. Marauillado entonce el mercador y de·le hauer assi de·la muerte los sanctos corporales librado: y de·le hauer tanto Dios socorrido mas reuelado que es mas la sancta venida del misterio tan alto: fue se luego corriendo a dar gracias estremas a·los corporales sanctos por la merced que le fizieran: y en llegando al logar: adoro la diuina»