«ya el pan fresco nos fallescio y el viscocho nos mantenia: entonce nos dieron los esturiones pesces salados del rio Danubio de Alemaña: lo qual fue a nos quasi marauilla: empero los thurcos que son vezinos del dicho rio Danubio lieuan les doquiera que van por el mar de quien los mercan los venecianos: assi fuemos nauegando de Alexandria por el mar Hicario en·el Carpatico. Y dende llego vn viento dulce que nos echo al»