«non sabia ayunar, nin fazer oraçion, finalmente nin ninguna otra penitençia. E el hermitaño le dixo: a·lo menos a cada vna cruz que fallaras non sabras fazer la señal de·la cruz, e fincadas las rodillas, fazer·le reuerençia? E el ladron dixo que aquello faria de muy buena voluntad, e el hermitaño lo absoluio de todos sus pecados. Partiendo·se el ladron del hermitaño, algunos de sus enemigos lo»