«el conde Francisco despues de subido a ser duque de Milan nunca nombraua la magestad d·este rey que no se quitasse la carmañola o bonete de·la cabeça: no lo fazia ni por emperador ni por sancto padre de Roma: sabia la grandeza del real coraçon: y hauia prouado el rigor de su espada: que otra y ahun otra vez le fizo boluer atras y dexar sus empresas: que nunca dexara de guerrear al sancto»