«aquell y otro en seruicio de·la tan valerosa dama feneçer mis dias: mas como muy mas miserable sea que otra ninguna mujer las fuerças pequenyas y el desmedido desseo en vno me dan la guerra. Pues yo no se como con iusta razon de tal persona seays quexoso: que segund su gran virtud recibo conocimiento vos solo ser mas bienauenturado que otro: solo por hauer scogido aquella para ser suyo que es excellencia de·las mortales»