«la senyora torno a oyr aquellas mismas palabras del amigo que en la postrera carta del enamorado auja leydo: aumentando por la fuerça del querer su afan apenas pudo dezir. A vos entre los otros es cosa razonable de saber lo. Y por no manjfestar mas su culpa con vna pequenya reuerençia se despidio d·el. Mas el amigo no solo por satisfazer a·la voluntat afectada y amjstat del enamorado que tanto lo obligua: mas»