«al mercader. E assi dixo la vieja: agora puedes extender sobre el lecho la sabana: que es bien limpia: texida e cosida con nuestras manos. El marido regraciando las dize: benditas vos seays que tan sabias e enseñadas soys en esta arte. E dizen ellas: otras cosas sabemos fazer mejores que esta: las quales si quieres veer prestamente te las mostraremos: e d·esta manera illuso fue el mercader a folgar»