«detener·se en los querer trastornar pues todos le vencian y auergonçauan: y quanto mas se detenia mas. Fue tan grande la victoria que estos nuestros martyres entonçe del mundo leuaron que no solo vencieron los mas crudos y saluajes de·los emperadores que a Cristo perseguieron: que fueron Diocleciano y Maximiano: mas el mas fiero y pauoroso ministro que ellos touieron: que fue Daciano: cuya espantosa crueza tanto dize el Augustino que a·la»