«mereciendo lo diesse lugar que la padeçiesse. Y si es verdat que ell eres mezquina yo no me lo digas: que mas vale que dudando pene que de·cierto muera: no seria menester otro cochillo para mi muerte saluo tu grande desconocer. Y el peligro de mi marido con que tantos temores me pones: yo staua dudosa porque no todas las que peccan padecen luego la pena: mayormente que yo por mi adulterio mas penitencia»