«y ante su padre y madre no era vergonçoso mas sancto justo prouechoso y loable: que humano era el pecar y santo y diuino el se reconoçer el confessar y arepentir·se: mas el cumplimiento de todo era el satisfazer y emendar lo falleçido: que dexassen fazer a el que Dios ayudando el lo remediaria todo. Mucho ge·lo rogaron los infantes: que ya reconoçian la grauedad de su culpa. Fue·se pues al emperador»