«fe de fortaleza, y los discretos no deuen de querer la continua prosperidat sino porque en ella no se puede conoscer quien es osado, o quyen es discreto y mañoso, o todo por el contrario si Fortuna le siguyese, y como es conuenible a tiempos tener el hombre haprendido como el seso y la pluma y la mano peleen infinitas cosas se aprenden con necessidat que en la prosperidad estan encubiertas, que nunca el esforçado entre»