«por tan pequenya centella del tu inflamado fuego salida tanta grandeza y noble caualleria rescibieron la pena de tu culpa. Quyen dize que ay en el mundo otra fortuna y con este caso de que hago memoria ay infinitos notorios sin muy muchos mas occultos que si todas las desauenturas que a tu causa vienen, se pudiesen dezir las rauiosas palabras de quyen todas tus maldades supiese te matarian sin poner en ti las manos, tus mesmas faltas»