«contra vençidos: siguamos pues la rica suerte que tan adelante nos va: mas al señor de·la suerte que es Dios que ser tan nuestro en nos fazer tan vençedores se muestra: que ya con ellos no podemos sino ganar: no podemos sino echar los del campo: y gozar del rico despojo que esperamos hauer. Que nos detenemos: que nuestros son los moros? Nuestra la victoria: nuestro es el campo: nuestra»